Es más fácil indignarse
El papel de las emociones en redes sociales ya era conocido, aunque eso no haya evitado que se usen para manipularnos (o intentarlo) con bulos, mensajes políticos hiperpartidistas y provocaciones.
Jonah Berger, profesor de la Universidad de Pensilvania, ya explicaba en su libro Contagioso, de 2013, que las emociones que nos impulsan en mayor medida a compartir contenidos en internet están ligadas al asombro. Ya puede ser por la parte negativa, como la indignación por un hecho reprobable que nos sorprende, como en su vertiente positiva, como el humor.
La neurocientífica estadounidense M. J. Crockett repasaba recientemente en Nature Human Behavior los últimos estudios al respecto; recordando que en redes encontramos más acciones que nos parecen censurables que en persona. A lo mejor un día vemos a un vecino que no recicla o constatamos con fastidio que el alcalde ha puesto otra rotonda caótica; pero en redes podemos encontrarnos con multitud de errores y faltas de cualquier parte del mundo sin ni siquiera movernos del sofá.
Además, es más fácil mostrar nuestra indignación: no tenemos que enfrentarnos a nuestro vecino, manifestarnos en las calles o escribir una airada carta a la directora del periódico, basta con hacer retuit.
Y vos ¿Cómo te comportas en redes sociales?