Cómo hablar con el “bando contrario” sin caer en la polarización
El politólogo estadounidense Robb Willer hizo un experimento prometedor. Midió cómo reaccionaban un grupo de liberales y conservadores estadounidenses a un argumento con el que, normalmente, no estarían de acuerdo; a los de izquierda intentó convencerlos de que el inglés debía ser la lengua oficial del país, y a los de derecha, de que el medio ambiente debía ser protegido.
La estrategia era apelar a lo que llamó sus ‘valores morales’, sus creencias más profundas: “los liberales tienden a apoyar valores como la igualdad, la justicia, el cuidado, y la protección contra el peligro más que los conservadores. Y los conservadores tienden a apoyar valores como la lealtad, el patriotismo, el respeto a la autoridad y la pureza moral más que los liberales”, dijo en una charla TED.
Lo interesante es que una causa conservadora puede defenderse apelando a valores liberales, y viceversa: se puede abogar por la protección al medio ambiente hablando de ‘mantener la pureza’ del ecosistema; y también es posible abogar por una lengua oficial diciendo que esa medida promueve la justicia y la igualdad. Willer encontró que, así; las personas se convencen de ideas que normalmente no tendrían. Pero más importante, que están dispuestas a escuchar posiciones contrarias sin rechazarlas antes de pensar sobre ellas.
¿Qué podemos aprender de este caso?
Escucha mucho y habla poco: Al comienzo, escuchar a personas que piensan de maneras radicalmente diferentes a uno mismo puede ser frustrante y enfurecedor. Pero es importante tomarse el tiempo de hacerlo: no solo para conocer mejor qué los motiva, sino para tener mejores argumentos para responderles.
Conoce a tu contradictor: En lugar de pensar que los del otro bando están equivocados, o que no tienen la perspectiva adecuada; pensa qué valores son más importantes para ellos e intenta entender las motivaciones detrás de sus creencias.
Reformula tu mensaje: Según Willer, la principal razón por la que la discusión política —en redes sociales y fuera de ellas— parece a veces un diálogo de sordos es porque los mensajes no son compatibles con los valores de las personas. No vas a convencer a nadie si no apelas a ideas con las que tus adversarios puedan estar de acuerdo. Por eso, es importante tomarse el tiempo de formular un mensaje en términos que otros puedan compartir, así no sea la forma que te parezca más convincente.