El cerebro de los votantes
¿Por qué, a pesar de las promesas incumplidas, se sigue votando al mismo partido? ¿Cuál es la razón por la que justificamos cuestiones difíciles de mantener si las dice el candidato que representa nuestra ideología? La respuesta a estas preguntas la hallamos en los sesgos cognitivos, que emergen en todo proceso de posicionamiento y toma de decisiones.
Para comprender la razón de ser de los sesgos cognitivos; debemos tener en cuenta que nuestro cerebro necesita una enorme cantidad de energía cuando realiza procesos cognitivos complejos. Esta energía que requiere el cerebro la adquiere en forma de glucosa y oxígeno.
Para ahorrar energía y liberar presión, el cerebro crea atajos. Estas sendas o caminos mentales son necesarios para el cerebro, ya que no sería capaz de procesar toda la información sensorial que recibe de los estímulos externos y necesita filtrarla de manera selectiva. Los atajos, por tanto, son útiles para que el cerebro invierta menos recursos mentales en la resolución de problemas y en la toma de decisiones.
Lo que sucede es que no siempre los atajos desembocan en una buena conclusión. Aunque hay catalogados más de cien, te describo algunos de los sesgos más comunes:
- El sesgo de la comprobación nos induce y lleva a buscar y encontrar toda información que corrobore y confirme la opinión que tenemos sobre algún asunto, mientras evitamos la información que ponga en tela de juicio nuestras ideas.
- El sesgo de proyección es la inclinación inconsciente a pensar y asumir que las demás personas tienen creencias, pensamientos, visiones o valores similares a los que nosotros tenemos. Nos proyectamos en los políticos, creyendo que están hechos a imagen y semejanza de nosotros. Creemos que los conocemos como si fueran personas de nuestro entorno más cercano.
- El efecto marco indica que las personas se sienten más inclinadas a valorar la forma en la que se presenta la información que la información misma. En esta línea, las palabras usadas tienen un gran poder. Los términos positivos son más valorados que los negativos. Ante dos propuestas parecidas, las personas eligen por la que emplea palabras con enfoques positivos, amables y favorables.